En las últimas décadas se ha asistido a un cambio gradual del estilo de vida, con un incremento de la aportación calórica diaria en nuestras dietas, un aumento del estrés laboral y una disminución de la actividad física diaria.

Todos estos factores han contribuido al rápido y aparentemente incontrolable crecimiento de las enfermedades cardiovasculares (Ictus Cerebral e Infarto de Miocardio) responsables de la epidemia más importante que afecta al mundo occidental y la primera causa de mortalidad de los países de nuestro entorno.

La hipertensión arterial, la obesidad, el sedentarismo, el alcohol, el tabaco, el aumento del colesterol y triglicéridos en sangre, el estrés, SON TODOS ELLOS FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR MUY FRECUENTES ENTRE LA POBLACIÓN ACTUAL, DIRECTAMENTE RELACIONADOS CON EL ESTILO DE VIDA PERSONAL, LOS HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN Y EL NIVEL DE ACTIVIDAD FÍSICA.

La O.M.S. estima que, la incidencia de las enfermedades cardiovasculares se reduciría a la mitad, si se lograra una modesta reducción en la presión arterial, obesidad, niveles de colesterol y tasas de tabaquismo por parte de la población, concluyendo que la prevención de enfermedades cardiovasculares es posible.

La salud cardiovascular tiene mucho que ver con el comportamiento y el estilo de vida.